17 junio 2010

el aire en calma

Acabo de llegar a casa, vuelvo de disfrutar de un rato reconfortante y bonito con unos amigos de alma, de esos con los que el lugar donde te encuentres no importa porque el mejor lugar para estar son ellos mismos. Nos despedimos bastantes calles atras, pero he llegado hasta aqui llena y acompañada.

Escribo tumbada en mi sofa. Que suerte tengo de tener un sofa como este, tan blandito. He abierto las dos puertas de cristal y madera lacada de blanco de la ventana y ahora entra en la habitacion el aire calmado de junio, algo denso pero delicado, y alguien toca una melodia alegre en el piano del bar de al lado.

Bajo estas circuntancias y sin mas razones yo siento una profunda gratitud hacia la vida.

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